Leitmotiv contra una dictadura.


Las dictaduras se caracterizan por usar muchas estrategias, y hay una de ellas que siempre les funciona, y que por su sencillez lo hacen con mucho tino, me refiero a: lanzar un “trapo rojo”, que no es más que:  hacer lo que sea necesario - por significativo o estúpido - para distraer la atención de lo que es realmente importante.  Esto se lo aprenden como un mantra, lo usan, lo usan, y lo siguen usando, mientras van logrando el sometimiento del pueblo.

La historia universal está repleta de ejemplos, donde las dictaduras distraen a la población con “trapos rojos”; la cantidad de formas que toma esta práctica es casi infinita, y los opresores al mando, cuentan con una “sala situacional” dedicada a crearlos y adaptarlos a los momentos que se viven.

Una de las razones por las cuales es tan espinoso lograr la libertad en tiempos de dictadura, es producto que quienes le adversan carecen de enfoque, dado que no logran un único “leitmotiv” para concertar un plan y convocar a la gente alrededor de esa única emoción, que respalda un sinfín de razones.  Un “leitmotiv” es una macro Inspiración, que logra emocionar a todos de manera permanente y terca, antes de caer en la distracción del nuevo “trapo rojo”.

Siempre he imaginado a los estrategas de las dictaduras, cada vez que lanzan un “trapo rojo” y se dan cuenta que ha funcionado, celebrar entre: licor, comida y risas burlonas; y desde una ventana, observan a la gente distraerse. Y quienes intentan liderar el cambio: se desarticulan, pierden la confianza en ellos mismos, se diluye la credibilidad y, se “evaporan” en el nido de mensajes contradictorios.  

Cuando una dictadura corre la suerte de contar (o haber secuestrado) todos los poderes civiles y militares, la solución deja de ser política y pasa a ser ciudadana, es decir: involucra a todos de manera unísona, y toma tanta importancia las acciones de reivindicación de los derechos de un sindicato, como la protesta de un grupo de ancianos por la precaria calidad del sistema de salud, o las acciones internas y externas de un partido político.

La solución
Quienes pretendan derrocar una dictadura, deben agruparse en función de un ideal, y luego, elegir el actor más adecuado para llevar el mensaje, que convenza a todos de luchar en una sola dirección.

Se trata de un leitmotiv consistente, acompañado de un sólido liderazgo, una única voz, que al unirse sea más grande y sonoro que cualquier “trapo rojo”; tan poderoso que permita agrupar a propios y extraños; que vaya de lo genérico a lo especifico; que no deje fisuras abiertas para que se cuelen ideas distractoras; un leitmotiv que concentre a la gente en variopintas maneras de luchar, en función de un mismo objetivo: la libertad.

Debe existir un sentimiento colectivo que ese es el camino, y la referencia mayoritaria no la hacen sólo los actores políticos y sus partidos, también, la hacen los ciudadanos afectados (agrupados o no) en cada rincón del tejido social.

Los egipcios en el proceso de derrocamiento de Hosni Mubarak (2011), apelaron a un leitmotiv: “La esperanza de vivir mejor logra derrocar el miedo”.  Lograron poner de manifiesto ese sentimiento en la población, se hizo viral, todos los líderes usaban ese mensaje, los políticos y militares conscientes hicieron su trabajo y ejercieron presión, la ciudadanía se creyó que era posible tener esperanza y salir de un gobierno que los mataba de mengua, y así, coronaron el cambio que ese país pedía en “gritos de silencio”, hasta que cambiaron el miedo por la esperanza.

Comparto contigo esta duda: ¿Cuál será el mejor leitmotiv para derrocar una dictadura en estos tiempos?

Amancio Ojeda Saavedra
@amanciojeda

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