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Mostrando entradas de marzo, 2018

Salí del closet

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Corrían los días de diciembre de 1982, en medio de una celebración improvisada, mi madre me había preparado para decirlo y como siempre contaba con todo su apoyo, sólo se requería que llegara mi papá y que mi valentía se abriera paso entre el miedo que me hacía sudar frío -en Maracaibo. Me tocaba decirle a mi padre que ya no quería estar más allí, que deseaba salirme y vivir mi vida de manera libre, me sentía enjaulado, presionado, inconforme, enfermo.  En medio del jolgorio navideño, con tan solo 12 años se lo dije, mi padre se enfureció, refuto, se negó, dijo que “NO”; así comenzó la sampablera, terminé siendo golpeado, creo que fue la paliza más grande que me dio en la vida, hubo gritos, empujones, llanto, acusaciones, amenazas, y dolor… pero me salí con la mía, no volví a la “Escuela militar 4 de agosto” en la población de Colón, Estado Táchira. Eso de la vida castrense no era lo mío. Probablemente esa sea mi primera salida del closet.  Aunque se ha estereotipado la frase “S

Aprovecharse del miedo al juicio

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Gocé de un padre graduado en letras, apasionado por la lectura y la escritura, ambas cosas las hacia bien. Mientras escribí mi libro lo hice sin decirle nada, no lo involucré en ese proyecto, y eso me hacía avanzar con miedo, pero avanzar. Se enteró de mi obra cuando le llegó la invitación para el Bautizo. En una oportunidad un cliente mi pidió un curso sobre un tema del cual no tenía ni la menor idea, para no lucir desactualizado, le ofrecí la propuesta para ese mismo día, y cuatro días después, con muy pocas horas de sueño en mi haber, estaba dictando curso de 16 horas. Salí airoso, y esa cadena de hechos de una semana, me dejó como resultado: Un producto intelectual fantástico, que se convirtió en el curso más vendido de mi empresa entre el 2007 y el 2011. En las dos situaciones planteadas anteriormente hay un elemento que coincide, y que es el tema a tratar: el miedo al juicio de valor. Acto que ha sido satanizado, y que, en oportunidades, no es tan nocivo como lo plant

Leitmotiv contra una dictadura.

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Las dictaduras se caracterizan por usar muchas estrategias, y hay una de ellas que siempre les funciona, y que por su sencillez lo hacen con mucho tino, me refiero a: lanzar un “trapo rojo” , que no es más que:   hacer lo que sea necesario - por significativo o estúpido - para distraer la atención de lo que es realmente importante.   Esto se lo aprenden como un mantra, lo usan, lo usan, y lo siguen usando, mientras van logrando el sometimiento del pueblo. La historia universal está repleta de ejemplos, donde las dictaduras distraen a la población con “trapos rojos”; la cantidad de formas que toma esta práctica es casi infinita, y los opresores al mando, cuentan con una “sala situacional” dedicada a crearlos y adaptarlos a los momentos que se viven. Una de las razones por las cuales es tan espinoso lograr la libertad en tiempos de dictadura, es producto que quienes le adversan carecen de enfoque, dado que no logran un único “leitmotiv” para concertar un plan y convocar a la