Dimes y diretes, chismes y acusaciones por email.
Inicio con un poco de historia personal, para contarles que fui precoz
en el uso del email, dado que mi carrera profesional inicial fue:
Administración en Informática y computación.
Mi primera cuenta de correo
electrónico la abrí a finales de 1993 o a inicios de 1994, para ese tiempo iba dando
los primeros pasos la internet, y sólo habían pocos proveedores. MetroNet (en
Maracaibo) era mi compañía de servicio de correos electrónicos para ese
momento.
En los “foros de discusión”
de aquellos tiempos, el no tener las reglas establecidas de dichos espacios
conversacionales (o por desconocerlas), hacia que se despertaran las pasiones y
los malos entendidos, surgían las ofensas, y
se sentía los estragos y deterioro de las relaciones personales de
quienes compartíamos ese espacio virtual.
Han pasado 20 años de
desarrollo de internet, para masificar y madurar sobre el
uso del correo electrónico; hoy grandes y chicos usan el email como forma
oficial de comunicación escrita, incluso como manera de “certificar”
que existes como ser humano. A
pesar del tiempo y los avances, muchos no han aprendido a
comunicarse por este medio tan valioso.
Escucho como
en las empresas, grupos de amigos
o condominios, el uso del correo
electrónico puede llegar a convierte en
un “arma”, para aniquilar las ideas y proyectos de los otros; también, sirve
como el medio de presión y acusación con superiores, y peor aún, con
personas que no tienen nada que ver con
un problema de dos o tres mortales de
esa comunidad.
Comunicarse
con inteligencia
Cuando la comunicación electrónica no cumple su
propósito, dado que tiene una
característica a-personal, se requiere de inteligencia para lograr el objetivo
que se busca.
Una mala comunicación se
caracteriza por enviar el mismo email varias veces sin ningún efecto, o copiar
a todo el mundo para que se enteren lo
que está pasando y así dejar “constancia de…”; ir sumando reclamos disonantes, sarcasmos y amenazas. Entre
otras conductas poco asertivas en este mundo virtual.
Ser inteligente para
comunicarse implica:
a) Conseguir el medio
más eficiente.
b) Tener la asertividad necesaria para dirigir el mensaje.
c) Comprender que es más importante la relación con la
persona, que tener la razón en una discusión con poca trascendencia.
d) Saber que el medio
de comunicación, no es el
mensaje; y que el mensaje puede ser
codificado con el ruido de los juicios personales.
e) Pensar, que antes de
llegar a generar una tormenta de correos, chismes, dimes y diretes; y
cosechar un gran mal entendido; la solución puede estar en una llamada
telefónica o una reunión personal de 10 minutos.
A partir de ahora,
cuando te veas inmerso o tentado a hacer un uso inadecuado de la
comunicación electrónica, piensa que al comunicarte más inteligentemente, estas
incrementando tu habilidad para vivir
mejor.
Amancio E. Ojeda Saavedra
@amanciojeda
Comentarios
Publicar un comentario