¿Liderar es más de forma qué de fondo?

Los tiempos que corren han hecho que surjan líderes de todos tipos, formas y colores; algunos con unas propuestas maravillosas, otros sin dudas creados en el mundo del 2.0; hay unos casos que admiro, ellos son la consecuencia de haber construido una propuesta de valor con un fondo sustancial y una base cognitiva sólida, y el mundo virtual sirvió como medio para proyectarlos.

La pintura se cae y la columna se mantiene, nunca he visto que se haya caído una pared y la pintura quede parada. Si los líderes están llamados para servir dando estructura a un proceso, mal podría pensarse que es suficiente y sustentable con diseñar una linda fachada desde un discurso bien adornado, o una buena campaña mediática, o la aparición por horas en los medios. Lo anterior es solo forma, fachada, castillos naipes, buchipluma y nada más.

Los líderes que demandan los nuevos tiempos son líderes con fortalezas sólidas en muchos ámbitos, son aprendices empedernidos, saben cuanto saben y siguen aprendiendo; conocen el camino que los conduce a generar verdaderos resultados medibles; se distinguen en el uso de herramientas que ayudan a que la gente cambie de conducta; y sin duda, saben como hacer que su equipo innove.

Uno de los fenómenos actuales en el mundo empresarial, es el regreso por diferentes vías de aquellos que hasta ayer eran “Baby Boomers” o jubilados, muchos están siendo contratados como asesores, facilitadores de aprendizaje y, otro grupo presta sus servicios como emprendedores a las compañías, en las que hasta ayer fueron empleados. La pregunta es: ¿Qué está pasando, que hay que regresar de una u otra manera a los que ya se fueron?

Liderar consistentemente requiere de fondo, que el líder esté formado en muchos sentidos; dirigir personas y gerenciar un proceso es mucho más complejo y desafiante que el uso de las formas, en ocasiones, hay situaciones de tal complejidad que la mejor “forma” surge cuando se tiene un profundo “fondo”.

La vida sigue mostrándonos con contundencia que los líderes pueden llegar a ser desechables, y la responsabilidad no es de otro sino ellos mismos; para dejar de ser líderes que pasan “sin pena ni gloria” es bueno que se hagan cargo de:

A) Comprenda que como líder está llamado a servir con sentido profundo de cambio y transformación de unas circunstancias, y es un llamado para concentrarse en dejar una huella positivamente indeleble en las personas.

B) La mejor forma de presentar el fondo, es con un plan que responde a una realidad con visión de futuro, donde se exprese lo estratégico y lo táctico.

C) Deje que los medios que sirven para mostrar sus resultados sean consecuencia, no la causa de su tarea.

D) Dese el permiso de cuestionarse su propio discurso, cuando esté lleno de forma y carente de fondo; todos sabemos cuando usamos argumentos banales que ni nosotros mismos entendemos o creemos.

E) Haga de su discurso y acciones un espacio de creatividad, rico en sustento, basado en conceptos estudiados y con factibilidad de aplicación; esto requiere estudio, práctica y aprendizaje, y le evitará ser un loro repetidor de frases edulcoradas, que terminan con un sabor amargo porque conducen a “ningún lado”.

F) Trabaje cada día consigo mismo, para evitar que las malformaciones del Ego y las redes de banal lo seduzcan, desviándolo de lo que es realmente importante: el discurso de los hechos.

Cuando veo un líder poseer una cultura de servicio, sentido de trascendencia, actitud de aprendiz, actuar desde el amor y, usar profundidad con buena forma, son expresión de los valores necesarios en el desempeño del líder que se requiere, es  cuando creo que... Vamos bien.


@amanciojeda

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