Actuar como líder, no como político



Puede parecer repetitivo que existe una diferencia marcada, entre el ser líder y el ser político-partidista, pero nunca sobra esta aclaración. En nuestra sociedad pululan los políticos sin liderazgo, y son menos notorios los verdaderos líderes. Es el tiempo para que surjan los líderes, aquellos que son capaces de inspirar a una gran parte de Venezolanos, a transitar el camino para lograr el bien común. 

La historia del mundo, ha narrado un sinfín de veces, como, para lograr grandes cambios sociales, se ha requerido de un líder visible, claro, e  inspirador. Si se revisa la gestión de estos hombres y mujeres, colmados de gallardía y visión, ellos, han gozado de la habilidad de formar más y mejores líderes. 

Nuestro país – en tiempos  de globalización – tiene cada día más fronteras, esas, que nos separan de los afectos, de los vecinos, de otras ciudades y  de los países del mundo, esas fronteras que son más mentales que físicas. Necesitamos un liderazgo capaz de romper esos límites, y comenzar a unir a los venezolanos desde la proximidad de los corazones.

Los políticos, dado sus intereses partidistas, están confinados al uso de mecanismos divisorios; a una mirada sectaria; a defender con todas sus garras hechos indefendibles; a encerrarse en un modelo que tiene pocas puertas, para que quienes piensan diferente entren y den sus aportes.  

A los políticos, debemos pedirles que depongan sus banderas partidistas por un rato; que la solidaridad automática, es impertinente, en muchos casos se ve grotesca y oportunista; ni ellos ni  el país lo merece.  

Los líderes, están llamados a visionar con grandeza, y  construir el camino  con la gente; ser una voz elevada por su manera de pensar y actuar, y no por su forma de gritar;  servir de lugar de encuentro, para que las diferencias se acepten, se entiendan, se unan y se muevan en una misma dirección. Sean quienes encienden la flama de esperanza para quienes se resignan, y al mismo tiempo, serenen las ganas de guerra para quienes desbordan los límites.   

Para quienes tengan el coraje de servir como  líderes – y no como políticos – le ratificamos que los venezolanos queremos acompañarlos; estamos prestos  a recorrer el camino que nos conduzca a ser una mejor nación, siendo mejores ciudadanos en la acción.  

Muchos líderes
Claro que necesitamos muchos líderes, que contribuyan a una misma visión (de país), líderes que sean capaces de ser seguidores también, sin el síndrome de creerse “El Mesías”. Deben contar con competencias comprobadas en la generación de grandes resultados, con pocos recursos y generando un ambiente armónico. 

Muchos de quienes habitamos esta tierra, ya entendimos que no somos un país rico, sólo que tenemos algunos recursos naturales que pueden ser bien aprovechados; así mismo, una gran cantidad de Venezolanos sabemos el daño que nos hacen conductas como: la viveza criolla, el oportunismo, la corrupción,  y el uso de un lenguaje descalificador a quien piensa distinto; pero, por sobre todas estas cosas, ya estamos seguros que es imposible que una persona, vestida de héroe, con un verbo encantador, pueda resolver los problemas de esta sociedad. 

Necesitamos un líder, acompañado de otros líderes, que juntos nos inspiren a ser mejores, y nos eduquen para cambiar las conductas dañinas; un equipo que sea capaz de invitarnos a dejar el lamento; que nos emocionen de tal manera,  que nuestros valores se impongan a los antivalores; que logren abrir nuestras mentes, para darnos cuenta que si  hay una posibilidad de ser un país brillante, como el sol que nos abraza cada día. Es el momento de ver surgir un gran liderazgo.  


Amancio Ojeda Saavedra
@amanciojeda

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