Liderar de la “A” a la “Z”

Amar: la gente, la acción y las transformaciones, en estos 3 espacios es donde toma sentido el liderazgo. 

Buscar sin desmayo: para que las cosas pasen en armonía, se necesita tener la convicción de que el fin no justifica los medios. 

Convencer: a quienes le siguen y a quienes le adversan, que su propósito es factible y necesario. 

Diseñar junto a su equipo: las estrategias necesarias para alcanzar el propósito. 

Educar:  Una responsabilidad ineludible, la gente debe aprender junto al líder. Un líder será mejor si tiene competencias de facilitador de aprendizaje.

Felicitar en público y corregir en privado:  Esta fue la primera lección de liderazgo que recibí, es necesaria su aplicación, da grandes resultados. 

Gobernar con mucho carácter:  su temperamento, malos hábitos y bajas pasiones, para poder mostrar la coherencia y ser ejemplo. 

Hacer que las cosas pasen:  y que las cosas que ocurran tengan sentido, dirección, propósito, que sumen a la causa. Liderar es verbo, y desde allí está la convocatoria al hacer, a la acción.

Inspirar:  energía y entusiasmo cuando los ánimos están caídos, y sosiego cuando la ansiedad se hace presente. 

Juntar todas las piezas:  para que el equipo rinda y genere los resultados esperados.  

Kaizen:  una práctica de mejora continua, que genera espacios de aprendizaje y crecimiento a los equipos. “

Llevar a las personas donde no irían solos:  Esta es una definición de liderazgo me gusta, porque siendo desglosada, deja claro lo que hace el liderazgo desde la influencia. 

Modelar  las conductas que espera de su gente: Nada más poderoso para un seguidor ver la coherencia en el líder, esto marca una diferencia notable.

Nadar en contra de la corriente:  cuando sea necesario, eso le da templanza y reafirma el compromiso; además, este ejercicio permite observar las tácticas que necesitan ser cambiadas o modificadas para poder seguir avanzando. 

Organizar procesos:  de manera que permitan el fluir hacia los resultados. 

Preguntarse con frecuencia:  la capacidad de cuestionarse sin perder la seguridad es una práctica tan desafiante como necesaria, y al hacerlo es saludable iniciar por poner las interrogantes en: ¿hacia dónde nos dirigimos? 

Quitar las piedras del camino:  las que se le presentan al equipo, él debe servir de facilitador para la generación de resultados. 

Romper con viejos esquemas: la manera de hacerlo de forma fácil y ordenada, es asumiendo la innovación como el nuevo paradigma, y aplicando una de las muchas metodologías. 

Servir:  el líder está para servir y no para ser servido. Esta frase la repito con frecuencia , aun hay personas que creen en que liderar se trata de una posición jerárquica y de mandato. 

Tender puentes: para aquellos que estén dispuestos a sumarse al propósito. 

Utilizar todos sus recursos:  para definir su propio estilo de liderazgo, y con ello conectar a la gente con la misión a la que invita. A esto es lo que llamamos “liderazgo ecléctico”. 

Visionar: el lugar final, el punto exacto al que está convocando, con claridad meridiana de cuanto y que gana la gente al acompañarlo para ese destino.  

Win-Win  (ganar-ganar): Así se llama el juego donde todos se benefician del proceso de liderazgo, incluso los ausentes. 

Yo: es de las palabras menos frecuente en el lenguaje del líder, al menos que le corresponda asumir la responsabilidad de lo que no funcionó.

Zambullirse a liderar implica: creer de manera absoluta en que las personas tienen el poder de transformarse, ser mejores, felices y generar grandes resultados. 


@amanciojeda 
amancio@alianzasdeaprendizaje.com

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