Las 5 “E” del Liderazgo


El  liderazgo como  todas las artes se trata de verbos; de la edificación a través de acciones coherentes; de convertir una idea o situación en una mejor realidad. Es por ello que servir de líder invita de manera funcional, a tomar parte y acción en los hechos, siendo la pieza que configura a las personas en pro de un resultado superior.

Una manera de resumir el arte y la ciencia de liderar es a través de estos 5 verbos, que comienzan con la letra “E”.

Empatizar: El liderazgo se trata de servir a las personas desde la dirección, por ello, saber lo que la gente siente, vive, necesita y aspira, amplia la dimensión del liderazgo, le da sentido, fuerza y valor.

El líder debe aprender a ponerse en la posición de quienes le siguen, pero  sobre todo, transitar con todo  aquello que significa estar en esa posición. 

Enfocar: La visión es un aspecto que fundamenta cualquier proceso de liderazgo, pero sobre la visión, está la necesidad que se generen acciones con sentido hacia el objetivo; no se trata únicamente de indicar hacia donde se dirige, también se necesita explanar de manera diáfana el camino a  transitar, evitando  - lo más que se pueda – las distracciones y los atajos indebidos que terminan retrasando llegar a ese lugar deseado.  

El líder está convocado a tener claro los “cómo”, y  que sus acciones y las de quienes le acompañan,  muestren la coherencia entre los pasos que se dan y el objetivo  que se busca.   

Equipar: Se trata del “hacer” más significativo de un proceso de liderazgo, quizás es la acción donde ocurre “la magia”. Es el espacio para dotar a las personas de elementos transcendentales, no  en forma de dádivas materiales, sino en recursos intangibles, pero muy  valerosos, lo que recibe la gente que acompaña el proceso es: Elevación de la moral y la estima, sentido de pertenencia, alineación del  actuar a unos principios y valores bien definidos, y formas clara de comunicación. Todo esto hace que la gente se convierta en un equipo.

Al líder le corresponde equipar a su gente, desde la educación y facilitación del aprendizaje, sirviendo  de coach y mentor, siendo ejemplo, y  constituyéndose en la amalgama que consolida su organización.

Estimular: El liderazgo se debe generar en un ambiente donde prevalezca el estimulo  a conquistar los objetivos; debe experimentarse desde la capacidad de persuasión, para provocar la motivación de quienes son seguidores del líder y del objetivo. En el liderazgo deben sobrar argumentos legítimos que sirvan de estimulantes contagiosos de acciones poderosas.

El líder desde la influencia y sin caer en la manipulación, se convierte en un estimulador constante; en un generador de reconocimientos, en un especialista  de hacer que la gente se sienta parte de algo trascendente.    

Evolucionar: El liderazgo no se trata únicamente de resultados, sino  de la clase de resultados que se es capaz de provocar. El liderazgo debe responder al principio de la evolución, es decir, el avance de la sociedad o la organización a la que se debe. No se espera de un proceso de liderazgo un retroceso en los avances colectivos, la visión siempre debe apuntar hacia algo mejor.  

El líder es por excelencia el que traza la visión, considerando que llevará a quienes le siguen a un lugar mejor, donde se aumenta la calidad en que co-existen los involucrados.
Estas 5 “E” traducen la tarea del líder de ir del pensar al sentir; de convertirse en estructura donde carecen las formas; de unir las piezas de un rompecabezas andante; de sembrar emociones para cosechar acciones; y finalmente, hacer del camino un danzar poético hacia mejores vivencias.

Amancio Ojeda Saavedra
@amanciojeda

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