Dos líderes mueren, un país agoniza…

El pasado 21 de septiembre, a la tierra Guajira venezolana se le fue para siempre una hija, perdió una mujer que se dedicó defender sus raíces hasta su último aliento, logró enaltecer el gentilicio Wayúu; entre sus tareas estaba liderar y comunicar los valores de su gente, desde su emprendimiento, el periódico Wayuunaiki; durante 15 años lo hizo crecer, logró que se colara por las fronteras y llegara al mundo, buscando, que muchos voltearan la mirada y se dieran cuenta que en la Guajira hay, más cosas positivas que negativas. Se fue de este plano la princesa de la prensa guajira, Jayariyú Farías Montiel, con tan sólo 39 años y un millón de sueños por construir.
Luego, la noche del 25, fue más oscura que de costumbre, Valencia sintió el cese físico y desprendimiento espiritual de un hombre inteligente, noble, humano y divertido; un amoroso hijo; era un orador de alto nivel, me consta, lo vi hacerlo en grande representando a Venezuela en la conferencia de las Américas en Panamá (1999), cuando era un joven de 23 años; hizo una carrera profesional impecable, gestionando los recursos humanos en una empresa transnacional; el último año se dedicó a servir al prójimo a través de distintos proyectos comunitarios, invirtió tiempo a ser más libre, y a contribuir con el aprendizaje de otros; con tan solo 41 años se despidió a su manera Raúl Eduardo Oliveira F. ¡Buen viaje Raúl!
Estos seres de luz y almas gigantes compartían el mismo credo, el credo que yo comparto, el de la JCI, a ambos los conocí desde que eran estudiantes universitarios; con ellos y sus misiones de vida me nutrí, por eso los quiero, y sé que Dios los tiene bajo su cuidado. Deseo que el Todopoderoso le dé mucha fortaleza a sus familias y más cercanos afectos.  
 
Una pregunta
En una conversación sobre el tema: “Es lamentable, 2 personas importantes para nuestra organización mueren este mes. ¿Es esto una representación de lo que está pasando en Venezuela? Yo creo que sí pana”. Rafael Guzmán G. me lanza esta pregunta y su afirmativa respuesta. Tomé aire para recuperarme y procesarla, me uní a su respuesta, y seguí lamentando estas pérdidas.
Como toda pregunta poderosa, no te la puedes sacudir del presente, te acompaña como una sombra, te atormenta como un zapato que aprieta, y hasta que no te haces cargo de ella, no te suelta.
Ellos trabajaron por Venezuela, y ambos quisieron sortear la tragedia de la falta de medicamentos en el país y un sistema de salud decadente, la patria no estaba lista para servirles cuando ellos lo necesitaron. Un sistema de gobierno que no puede garantizar la salud física y mental, la sana alimentación, y la seguridad de sus habitantes, es responsable por cada enfermo y por cada muerto.
Venezuela agoniza. Muere de indolencia en manos de quienes tienen el poder y manejan los recursos; ya la farsa que son gente de pueblo es cada día más hedionda a muerte, y eso los deja en clara evidencia que son el peor cáncer de esta dolida y enferma nación.
Raúl y Jayariyú dejaron escrito con tinta indeleble su legado a la sociedad a la que se debían, y a estos dos indiscutibles líderes los necesitábamos más tiempo aquí, cumpliendo con su misión, y dándonos el ejemplo de  que “Servir a la humanidad es la mejor obra de una vida” (parte del credo de la JCI).
Amigos, vuelen en paz, sus legados son más grandes que el de la mayoría, también sé que ustedes sentían que era poco, para todo lo que ustedes soñaban y trabajaban sin desmayo.
¿Cuántos líderes como estos han muerto? ¿Cuántos más faltan? Dos líderes mueren, un país agoniza…

@amanciojeda  

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