Las Historias que nos contamos
Somos
especialistas en contarnos historias; unas nos inspiran, despiertan nuestras
ganas y sueños de vivir una experiencia
distinta y transformadora. Así mismo nos contamos otras que nos limitan y
suelen “matar” las que describo inicialmente.
Una
anécdota…
En una oportunidad intente hacer una
actividad con un grupo de aprendices que yo juzgaba divertida y significativa, la verdad en ese momento
no resultó, fue un completo desastre; al
cabo de
un tiempo quise intentarla nuevamente, pero mi experiencia pasada “no me
dejó”, me limité. Pasado unos días con
otro grupo de aprendices, decidí hacerla
sin ponerme tantos “Pero”, ni darle tanto poder
a la “Historia Pasada”, el
resultado: La gente se conmovió, aprendió, me agradeció esa actividad,
y aun muchos me recuerdan por ello. Comprendí que se trata del “Ahora” lo que determina el resultado y no la
historia.
¿Cuánto
poder le damos a las historias?

Me
descubro con frecuencia “contándome”
historias limitadoras, y percibo como
mi cuerpo las acepta y las cree, comienzo a justificarme, a poner todos los “pero”
posibles, a validar esa historia limitante con otra del mismo tenor. Así que al
final me digo cosas como: “La Verdad es que eso es imposible de lograr”, “no
tiene sentido hacerlo”, “eso no es para
mí”, entre tantas.
He
descubierto que si me hago cargo del presente, del ahora, del Hacer en mi Ser
actual, las historias pierden valor, pierden poder, mis posibilidades se
expanden, mi corazón late más fuerte y
mis ideas surgen con mayor fluidez y
claridad, me emociono, me entusiasmo, y
finalmente me pongo en acción sin tanto temor.
Cuando
dejo la historia y tomo el presente, no
hay posibilidad a equivocarse, no hay
posibilidad a no intentar, dado que es
una nueva realidad, un nuevo hoy y una nueva oportunidad para crear un
resultado superior.
Quiero
preguntarte: ¿Qué logro tienes pendiente por alcanzar producto de la
historia que te estás contando?
Amancio E. Ojeda Saavedra
@amanciojeda
Comentarios
Publicar un comentario