La validez de mis zonas Fuertes y de las “Frágiles”
Cuando se inicia una búsqueda hacia lo más profundo e interno del ser, se descubre que se poseen zonas muy fuertes y zonas que algunos llaman frágiles, pero la verdad es que estas últimas tienen una fuerza distinta, tienen la fuerza del descubrimiento. Ambas zonas son aspectos necesarios en el camino para poder crecer.
Quienes
andamos en el espacio continuo de aprender y
crecer, quienes como yo están “Rumbo
a la Excelencia”, siempre descubrimos nuestras fortalezas, nos apoyamos
en ellas, las vigorizamos, las hacemos más visibles y con ellas crecemos. De la misma manera
descubrimos nuestro lado “flaco”,
aquella área que nos roba la tranquilidad por no dominarla, por no tenerla bajo
nuestro control, por saber que el poseerla nos hace menos buenos de lo que
queremos ser.
Estas
zonas son muchas, variadas y diferentes
por cada ser humano; para algunos será dejar un mal habito, para otros
abandonar la soberbia, para otros aumentar su efectividad en una actividad
particular, para otros un vicio, para otros perdonar, y así la lista es
infinita.
¿Dónde
se encuentra la fortaleza de ambas zonas?

Las zonas con las que no se está conforme se
crecen, para con su fuerza anunciar que se debe cambiar el rumbo y hacerse cargo
de cosas que no estaban en el plan de vida consciente, pero si en la
necesidad de ser mejores. Desestimar las zonas “débiles” es como subestimar la inteligencia de un niño, que
siempre termina sorprendiendo de forma elocuente.
Las
zonas donde se es fuerte también es necesario reconocerlas, esas son las que van
dando el aliento, van diciendo que se es útil y
especial, estas van confirmando que se está en constante evolución
y que no se es el mismo que en el pasado; estas zonas de fortalezas
son las principales palancas para superar las áreas aun sin desarrollo y donde
se debe trabajar.
Amancio E. Ojeda Saavedra
@amanciojeda
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