El arrepentimiento Vs la rectificación
He estado en muchas situaciones de mi vida donde me he arrepentido por un error cometido y donde he considerado que soy responsable, el arrepentimiento en esos casos me ha servido para colocar de manifiesto mi sentimiento de culpa, me ha generado malestar emocional y ha permitido “limpiar” mi imagen. El arrepentimiento parece ser una conducta de humildad y nobleza, pero he observado que en muchas oportunidades esconde una faceta de mucha soberbia, parece ser una trampa que nos juega el Ego para proteger nuestra identidad idealizada.
El verdadero arrepentimiento es el que se convierte en un acto de conciencia que nos hace asumir nuestros actos y sus consecuencias, nos hace ver hasta qué punto nuestro comportamiento fue correcto, indicándonos así que tenemos que cambiar nuestra actitud y proceder.
No siempre por arrepentido se rectifica la conducta, me atrevo a manifestar que en cada oportunidad donde cometamos un error, debemos hacer un acto de verdadera conciencia y pasar de forma inmediata a la rectificación, dejándonos de “revolcar” en actuaciones teatrales de mostrarnos arrepentidos.
La rectificación requiere coraje, determinación, voluntad, conciencia clara de lo que se desea ser y una decisión; rectificar es mostrarnos a nosotros mismos que hemos cambiado, que hemos aprendido, que hoy somos mejores que ayer porque no cometemos el mismo error; rectificar es estar alerta cuando el camino nos avisa que viene una situación en la cual podemos cometer un error del pasado y decidir no tomar esa opción, sino otra más sana para mí y para quienes pueden verse afectados con mi acción u omisión.
Dado que la vida es la suma de triunfos y fracasos, de aciertos y equivocaciones, de acciones y omisiones, de búsqueda y encuentros; es que debemos salir de la conducta del arrepentimiento que nos llena de pretextos dejándonos en el mismo lugar, y pasar al ejercicio de la rectificación, ya que nos allana el camino a la madurez, la conquista del yo y la libertad interior.
Amancio E. Ojeda Saavedra
Coach Profesional
amancio@cantv.net
Twitter: @amanciojeda
Amancio: Buenas noches
ResponderEliminarConsidero que el respeto a la ideas ajenas es el acto más sublime de las relaciones humanas por lo tanto no quiero criticar, simplemente multiplicar que es más que sumar, con mucha humildad, con respecto a tu artículo que me parece de antemano excelente y muy interesante. Primeramente, puedo decirte que cuando ocurre arrepentimiento y se esconde una faceta de soberbia o Ego, entonces nunca hubo arrepentimiento verdadero, ya que el mismo te lleva a un cambio de conducta genuina y a la acción de no cometer el mismo error (rectificación); si no es simplemente "remordimiento" que al día siguiente se esfuma de nuestras mentes y mas adelante volvemos a caer en el mismo error, porque no tenemos la más mínima intención de abandonar el hecho por la cual se arrepintio (mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa... y después que viva la pepa). Si el arrepentimiento te llena de culpa, pretextos y deja en el mismo lugar, es porque no se conoce el significado de la palabra perdón y mucho menos se conoce el perdón de Dios. Que mi intención no es caer en un estudio teológico al respecto. Pero lo que si es evidente es que no se puede cambiar el pasado, se podrá corregir errores, pero si tu corazón no está limpio y no crucificas tu ego o soberbia, el acto de "arrepentimiento" es un simple disfraz que tiene una intención maquiavélica dependiendo del caso. Yo creo que cuando muere nuestro Yo y entramos en un estado de gozo espiritual, apartando la catalepsia intelectual y entramos a la verdadera sabiduria que no está en este mundo, entonces es el inicio del cambio, el arrepentimiento, el perdón, la madurez y la libertad verdadera. Abramos la puerta puerta angosta del conocimiento. Lee Mateo 7:13-14. Dios te bendiga. DGH