¿Quién conspira en nuestra contra?
Existe
una o varias épocas de nuestras vidas que sentimos que todo “conspira” en
nuestra contra, y en esa temporada de “mala racha” nos embarga el
sentimiento de víctima.
Lo
que ocurre es que nuestra energía,
capacidad de análisis y poder de accionar certeramente, se ven
vulnerados por nuestra creencia que somos el “centro de la diana”
de todos quienes nos rodean; nos hacemos los mártires, y mientras más
victima nos sentimos, más victima seremos.
Si
no somos capaces de romper ese círculo, estaremos dirigiendo nuestra vida al
camino de la tristeza, depresión y poca
felicidad, tomando el riesgo de permanecer allí por tanto tiempo, que acabaremos acostumbramos; y cuando nos corresponda reír y ser felices,
no nos los creemos y buscamos (y seguro lograremos) sabotear nuestra felicidad.
Recuerdo
el caso de una amiga, que luego de ser madre soltera y con un empleo de poca remuneración, logra montar su propio
negocio, establecerse con un hombre de buena voluntad que la amaba y la
aceptaba como era, y justo el día cuando
su “príncipe azul” le propondría matrimonio y conducía para sorprenderla
mostrándole la casa que compraría para vivir juntos, decidió establecer una
discusión de tal magnitud que se bajo
del carro y se termino la
relación.
Por
otra parte están lo que se escudan dando una explicación o consiguiendo culpables
a estas temporadas, se lo adjudican a un mundo
desconocido, y terminan creyendo
en hechizos, maleficios, castigos divinos, espejos rotos, gatos negros,
levantarse con el pie izquierdo un martes trece, etc. Más allá de dilucidar si esto es cierto o
no, prefiero pensar que somos nosotros
mismo quienes actuamos para que esto nos
ocurra, y somos nosotros mismos los capaces de diseñar y ejecutar nuestra
salida a la prosperidad, abundancia, alegría
y felicidad.
La
manera más sencilla de salir de un círculo
caótico de la vida, es comenzar
por darse cuenta que se es al menos un
50% responsable de lo que nos ocurre, ya sea por acción, omisión o reacción;
cuando se es verdaderamente consciente de esto y se deja de buscar culpables
fuera, el cambio de resultados está cerca.
Te
sugiero ponerte acción, de esta manera:
- En cada oportunidad que sientas que algo malo te ocurre, pregúntate: ¿Para qué me ocurrió esto? ¿Qué me corresponde aprender?
- Piensa que por cada cosa “mala” que te ocurre, te han pasado al menos 3 buenas, no te detengas hasta que puedas identificarlas.
- Si te sientes aturdido, desmoralizado, abrumado, impotente y sin salida, seguro que tus pensamientos están conectados con ese estado de ánimo pesimista, por tanto combate esos pensamientos negativos con movimientos corporales y muchos pensamientos positivos.
- Los problemas tienen dos formas de mirarlos, desde la crisis que provocan o desde conseguir los recursos para su solución, dedica toda tu energía a la solución.
- Reúnete con gente que está en acción, en la búsqueda de ser mejor, de pasarla grata y sanamente, acompáñate de relaciones constructivas; pon distancia con “los pesimistas de oficio”, “los chupa energía”, “los departamentos de quejas vivientes”, “conflictivos de profesión”, entre otros.
- Detén la presión que ejerces sobre algunas cosas, en ocasiones es necesario que las cosas fluyan, tomen su tiempo y su propio curso.
Estas acciones pueden ayudarte a salir
de esa temporada de “mala racha”, tomando el control de tu destino, de tus
triunfos y de tus resultados. En unas sabias palabras Douglas Mac Arthur lo
dijo así: “La mejor suerte de todas, es
la suerte de hacer algo por ti mismo”.
Amancio E. Ojeda Saavedra
@amanciojeda
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